Luego de que el 10 de diciembre el volcán Láscar entera en actividad con una pequeña erupción, desde el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres SENAPRED (ex ONEMI) bajaron la categoría de riesgo, cambiando la alerta amarilla a alerta temprana preventiva.
A través de un comunicado, expusieron que «en superficie se observan emisiones gaseosas difusas, con baja potencia de salida y de carácter intermitente. Lo anterior sugiere que posterior al evento explosivo ocurrido en el mes de diciembre, el sistema volcánico fue paulatinamente retornando a los umbrales previamente observados y considerados dentro de su actividad base. Sin embargo, como ha sido observado desde el inicio de su vigilancia, pulsos eruptivos intempestivos de corta duración e impacto restringido a la zona aledaña al cráter pueden ocurrir, los cuales podrían presentar escasos o incluso ausencia de premonitorios instrumentales».
Por lo anterior agregaron que «se sugiere que el sistema volcánico se encuentra en una fase estable, se reduce su zona de probable afectación y se cambia su alerta técnica volcánica a: ALERTA TÉCNICA VERDE: Volcán activo con comportamiento estable – No hay riesgo inmediato de evento eruptivo mayor. Observación: Se considera una zona de probable afectación por productos volcánicos correspondiente a un radio de 700 m respecto al centro del cráter».